viernes, 6 de noviembre de 2009

Ya son 3 meses. Parte II

¿Cómo continuamos?

África, uno se imagina gente con tapa rabos bailando al rededor de una fogata y cantando UNGAUNGAUNGA. Aunque seamos honestos, Egipto es tan África, como México Norte-América, por lo que tiene más en común con Oriente próximo que con África querida.

Un señor y Una chica.


En mi primera mañana en El Cairo, nos levantamos con la confusión de horario, que burguesmente es conocido como JetLag, y nos encaminamos a tomar desayuno al salón del hotel, era con escándalo el tema, cascada de chocolate y algunas cosas bastante americanizadas, acompañados por las cosas locales, que nunca probé a la hora del desayuno, porque claro a esa hora la guata es menos resistente.

Mi desayuno consistió en un reponedor vaso de jugo de naranja, dos tazones de café, unas tostadas con huevo y obvio que me fui con las ganas de poner la boca en la cascada, pero nunca tan indecente, todo esto acompañado con mis miradas a las comidas exóticas locales que se servia el resto que pensándolo son casi imposibles de definir.

Tipo 8 nos recogió Mohamed Alza-la-Pahalados, que seria guía provisorio hasta que nos encontráramos con nuestra guía real que recogeríamos en el camino, al principio y por itinerario jurábamos que íbamos a Menfis y Saqqara, pero a mitad de camino nos dijeron que primero íriamos a Giza, donde no sabíamos lo que nos esperaba...

Camellos, Calor, Piramides.


Anduvimos, por culpa de un taco, como una hora en la van, el conductor de la van pasó a comprar aguas minerales, para obvio vendérnoslas a un precio inflado, solo porque las tendría en su cooler heladitas. Entre medio se subió la guía que tuvo que haber tenido un nombre igual de raro pero que no anoté y no se repitió más, por lo que lo olvide, llamemos la Mohameda. La ciudad es como cualquier capital grande, calles, autos, pobreza, con el detalle que la gente es un poco más morena de lo que estamos acostumbrados y se visten un poco chistoso.

Finalmente llegamos a Giza. Ahora, hay que tener un par de puntos claros antes de bajarse de la van:

Primero, cuando uno va en su van con el preciado aire acondicionado, no se imagina jamas que las pirámides están adentro de El Cairo, yo ignorante juraba que estaban unos 50km mínimo de la cuidad, todo por culpa de "La Momia".


Segundo, prepárate, porque si saliste de tu lindo hotel con aire acondicionado a las 8 de la mañana, nunca esperarías que al llegar a destino halla subido tanto la temperatura. Y eso que no fue el lugar más caluroso por donde anduvimos, pero eso más adelante.


Tercero, 5000 años atrás, estos colosales objetos ya estaban de pie. Eso quiere decir, que cuando yo nací, estas pirámides tenían 4979 años ya mirando los atardeceres. que cuando mi abuelo nació las pirámides llevaban ahí 4920 años (o algo así).



Las pirámides han visto pasar de todo: Guerras mundiales, catástrofes, 160 generaciones de personas, además de Alejandro Mago, Julio Cesar, Augusto, Napoleon, Jesús, Mahoma, Hitler, Carlo Magno y a cuanto Rey/Emperador/Dictador más ha pisado esta tierra. Y creo que hablo por todos los que las hemos mirado, quedamos boquiabiertos. De verdad no hay palabra suficiente para describir el impacto emocional que es estar ahí frente a Keops, Kefrén y Micerinos, más otras 10 pirámides que "solo" eran del porte de casas de 3 pisos, y por razones obvias son mucho menos populares.

Bear Campos en una edición especial de Man vs. Wild


La primera de las tres pirámides es la de Keops (aunque hay que decir que no es la primera pirámide de todas), que es el padre de Kefrén y el abuelo de Micerinos. Esta es en teoría la más grande, ya que su hijo, no queriendo ser más que su padre, cuando construyó la suya la hizo en un emplazamiento más bajo que la otra, para que se viera más pequeña, y finalmente la de Micerinos es la más pequeña.

Imagínense el rollo que tenían los egipcios (the-real-ones) con la vida después de la muerte que construían estas moles en vez de lapidas y ataúdes. Al menos yo, y no creo ser la unica, encontré certeras las palabras con que Pablo Neruda, describió a Macchu-Picchu (las cuales fueron igual de certeras que cuando fui a la selva peruana), estas se traspasan perfectamente al millón de emociones que nacen allí:

"Me sentí infinitamente pequeño en el centro de aquel ombligo de piedra, ombligo de un mundo deshabitado, mundo orgulloso y eminente, al que de algún modo yo pertenecía. Sentí que yo mismo había trabajado allí en alguna etapa lejana cavando surcos, alisando peñascos."



Pequeña Pirámide de Kefrén.


En Egipto todo esta dividido en 2 por el Nilo, un lado es el lado de los vivos (por donde sale el sol) y el otro es el de los muertos (por donde se pone el sol) , obviamente las pirámides están en el lado de los muertos. Un detalle que al menos yo me enteré allá, es que antes las pirámides estaban cerca del Nilo, por eso pudieron llevar esos pequeños bloques de piedra desde Tebas a Giza, pero llegó la modernidad y las represas, por lo que encauzaron el Nilo, para que no se desbordara dejando su famoso légamo, y alejaron a las pirámides del agua, por lo que el clima en realidad ahora es más desértico que cuando se construyeron.(Menos mal porque no me imagino a nadie trabajando con semejante calor)

La Guia Mohameda nos contó todas estas historias, y otras más que mi memoria de elefante no me permite recordar completamente. Decidimos, por la módica suma de 100 libras egipcias, adentrarnos al infra-mundo de las pirámides.En teoría se puede entrar a las 3, pero la de Keops está siendo restaurada, y entre La de Kefrén y de Micerinos, nos decidimos por la grande. El problema es que a esta hora ya debían hacer unos 40° y no eran más allá de las 10 de la mañana, por lo que cuando estaba apunto de entrar a un subterráneo de piedra (horno), salió una gringa gritando:

"Don't go inside, it's too hot, it's not worth it"

Y yo, después de dudar un par de segundos pensando que lo peor me podría pasar adentro, dije "Hell no!, no vengo todos los días a acá" , así que tomé mi botellita de agua y un papel con el que andaba que me serviría como abanico un par de minutos más tarde y demos le no más. Después entramos a caminar por un pasillo tamaño hobbits(¿que eran enanos los egipcios?), por el cual se estaban devolviendo unos gringos que estaban pasadisimos a copete, eso con el calor logró marearme un tanto, y dije "Nica podría andar con caña aquí" y no logro entender como ellos podían, yo personalmente con aquel calor solo podía vivirlo estando a mi 100%

En realidad adentro no había nada, y tampoco estoy tan segura si valiera las 100 libras, pero no había razón alguna para no hacerlo.

Cuando salimos estaba Mohameda esperándonos, con nuestras cámaras, porque según ella no se podía entrar con cámaras (mentira, estaban todos sacando fotos menos nosotros) y nos llevó a andar en Camellos.

Fue genial todos nos subimos a camellos a dar una vuelta por Giza con una espectacular vista de las pirámides. Claro que no teniendo idea de equitación de camellos o "camellitación", nos ayudó el dueño de los camellos Mohamed Alza-la-Pahalacuatro, felices nos sacamos fotos, intentando siempre de mantener el equilibrio para no irme camello abajo, obvio que una se va en la volá de así era como andaban por acá los verdaderos egipcios, arriba de un camello, con el sol pegando en la cara, el desierto quemándote la piel, faltaba solo una tormenta de arena tapando las pirámides para sentir toda la locura. A demás no hace mal una foto con los camellos y las pirámides.

Lejos lo más difícil de andar en camello, es bajarse y no caerse ya que cuando el camello se sienta para que te bajes, se va de sopetón para adelante.Ahora, quizás pasemos por estúpidos en esta parte de la historia, pero hay que entender que no teníamos una concepción de precios y no sabíamos como protegernos, pero cuando Mohamed Alza-la-Pahalacuatro nos pidió 90 de propina, nosotros pensamos 90 libras, está bien. Pero lo malo es que en ese momento estábamos alejados de todo el resto de los turistas, así que obviamente haciéndose el vivo dijo "euros", asustados se los dimos. ¿70 lucas? nunca había pagado tanto, ni siquiera en Venecia donde te cobran 120 euros por andar en las góndolas. Bueno de cargo de conciencia, o agradeciéndonos por ser tan pavos, nos regaló unos turbantes.

Mi mamá con el primer estafador.


De vuelta en la van, nos tomamos unas 4 botellitas de agua mineral, lo mejor.

Fin Capitulo 2 y no son siquiera las 2 de la tarde en la historia.

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